Lorenzo Meyer era compañero mío en el Excelsior y me parece uno de los mejores analistas, coincido con él aunque sé que no me quiere nada.

Extraigo un párrafo que le encontré con el que, precisamente, coincido plenamente:

"Y es que el impulso democrático que alcanzó su cúspide en 2000 se topó con la decisión de no tocar a los "peces gordos" de la corrupción, de incorporar al viejo corporativismo sindical priista -el SNTE entre otros- al nuevo gobierno, de elegir a la izquierda como el enemigo a derrotar y al PRI como el aliado indispensable. Con el "haiga sido como haiga sido" de la elección de 2006 y con la "guerra contra el narco" se ahondó el fracaso. Hoy, a los 23 meses de post calderonismo se han contabilizado 14,534 ejecuciones ligadas al crimen organizado (Reforma, 11 de octubre). Todo lo anterior condujo al retorno del PRI, al control del sistema y a un "Pacto por México" que modificó el corazón mismo de la Constitución en beneficio de un tipo de economía muy sesgada en favor de la desigualdad.

El PRI creyó  que  podía  administrar  el  infierno."

Javier  Sicilia.

El  País.

Y Javier Sicilia no me cae bien porque fue a besuquear a Calderón, pero lo que dice en El País es exacto.

Y ya que estamos con Calderón: su mujer, Margarita Zavala no tiene vergüenza. Encontré en un artículo de mi amigo, Jorge Melendez, una cita de ella indignante.

Dice la ñora que ella y su marido pueden caminar por las calles de México sin oír reclamos, y como bien dice mi amigo: en un país en donde murieron 100 mil desconocidos, por su culpa. En un país que dejaron del asco.

¡Y ahora, todavía, quiere ser diputada!