Se reunieron todos ellos para celebrar en Querétaro
con tamaño fiestón las 70 primaveras de Diego Fernández de Cevallos. Un importante
clan de “grandes del reino” aún vivos por ser de una nueva generación y otros
viejos, pero más resistentes al tiempo que los idos. Vivitos y quizá ya no
coleando, pero sí salivando, ya que han seguido y van a seguir enriqueciéndose (perdón
por tanto feo gerundio) cuanto puedan con el escuálido presupuesto de un país
en los huesos tras la entrega, digo, la reforma del petróleo.
Al leer la lista de los invitados al ágape uno se da
perfecta cuenta de como se partió y se sigue partiendo el pastel en la era
postpetrolera del México Global entre los mismos abusivos personajes de siempre.
Todo igual, así se le dé la puntilla al hoy tan despreciado PEMEX que mantuvo al
país desde que el 18 de marzo de 1938, cuando el presidente Lázaro Cárdenas en
una gesta inolvidable y con el apoyo de los patriotas mexicanos de entonces, sacó
el oro negro de las garras de las compañías extranjeras que lo usufructuaban, mismas
que hoy por fin regresaron por sus fueros con la ayuda de los funcionarios traidores
actuales al servicio de la mafia estadounidense y árabe, diseñada mediante
medidas financieras canallescas para apoderarse de lo que hay aún de petróleo en
el planeta.
Lo hecho por el
actual gobierno de México es no solo reprobable en cuanto a economía sino que
tacha e infama décadas de Historia exitosa de lucha de ingenieros mexicanos brillantes
y patriotas por darle a su país el beneficio de ese recurso vital para el
desarrollo ¡Lo lograron con todo y la corrupción ambiente y mundial!
Fue el ingeniero
Jorge Díaz Serrano_ hoy El Gran
Olvidado, por indigna conveniencia de un régimen mercader_ el que abrió y
desarrolló el petróleo de México y lo convirtió en el 4º país petrolero del
mundo, tras encontrarlo en un modesto 18º lugar en la lista de productores. Y el
espurio presidente Carlos Salinas de Gortari, quien le robó la elección de 1988
a Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del expropiador del petróleo, el que empezó a minar
a PEMEX hasta destruir a la empresa estatal y desacreditarla por “inepta” – algo
que precisamente no fue - y “por corrupta” que lo fue sin duda como todo botín
del PRI y del PRIAN a partir de 1989.
Pero ni los más insistentes pueden negar que más allá
de ese lastre nacional – e insisto – mundial y siempre vivo que es la
corrupción, el petróleo mantuvo el desarrollo del país y apoyó a la industria
de verdad mexicana, anterior a las transnacionales. Contra lo que NO pudo la paraestatal
empresa petrolera fue contra el infame e interesado sometimiento de Carlos
Salinas de Gortari al petrolero y entonces presidente estadunidense (just once)
George Bush senior, que fuera amigo
de Díaz Serrano en tiempo en que el mexicano era contratista externo de PEMEX antes
de entrar a la Dirección de la mega empresa. La traición del PRI a México y a
Díaz Serrano de sus amigos: Bush y el presidente de México López Portillo con
todo y sus voraces hermanas Margarita y Alicia (quien sabe si descansen en paz)
enviaron al exitoso Director a infame desafuero y consecuente descrédito. Y finalmente
a 5 años de prisión.
No sé qué esperan los “historiadores oficiales” del
Colegio de México y Otros, para develar este vergonzoso periodo de la historia
moderna del país. Sólo dedican los muy revolucionarios
a la Revolución…
PERO,
VOLVAMOS A LA FIESTA.
“La Ardilla de Los Pinos” era el mote del festejado Diego
Fernández de Cevallos (gato de la familia Salinas) cuando con su cuate y amo Carlos
Salinas de Gortari, inventaron y fundaron el PRIAN. Partiendo de la derecha,
Salinas y su Ardilla pudieron sacar al PRI del estado de Baja California y vengarse
de los electores locales y de su candidato priista que habían cometido el
pecado mortal de votar contra él en la elección presidencial, impulsados por La
Quina, el líder petrolero. Carlos y Diego convirtieron así, “democráticamente”,
a Baja California en el primer estado supuestamente de otro partido.
Pronto, porque yo sí creo que periodismo=historia,
en mi blog manudornbierer.blogspot.mx, los lectores podrán acceder a la 3ª
edición de mi libro “El PRIAN, un Partido
Bicéfalo”, como lo llamó mi coautor inicial Luis Sánchez Aguilar, líder del
Partido Social Demócrata, sacrificado en 1997 en un “accidente” en la carretera
e Acapulco, por cierto, en forma similar a lo acontecido en la carretera de
Querétaro a un verdadero panista, de gran inteligencia y patriotismo, también
indignamente olvidado por el régimen, José
Angel Conchello (1923-1998). Esta fue la escueta y oscura nota de su muerte:
“Murió de forma instantánea en un accidente
automovilístico ocurrido en la carretera México-Querétaro el 4 de agosto de
1998, cuando el conductor de un trailer invadió el carril contrario embistiendo el
auto donde viajaba el senador con su chofer que resultó ileso. Por órdenes del entonces
gobernador del Estado de México (César Camacho Quiroz) se dispensó la
necropsia de ley y se ordenó la investigación CUA/I/4560/98 para encontrar a
quien resultara responsable”.
José Angel Conchello
fue el primero en denunciar la desaparición de la Isla Bermeja en el sexenio de
Ernesto Zedillo. ¿De cuánto fue el moche para ceder a los gringos EL PETRÓLEO
DEL GOLFO?
Y desde luego el “accidente” más conocido fue el que
dio cuenta de la vida del candidato panista a la presidencia en 1988, Manuel
Clouthier, dispuesto a luchar por una verdadera democracia. Sucedió el 1º de
Octubre de 1989: murió, en un accidente
automovilístico, en un coche prensado por trailers, en el kilómetro 158 de la
carretera Federal México-Nogales, municipio de Culiacán
Hoy que ya cumplió 75 años La Ardilla de Los Pinos, sería
buena hora para que le platique a los panistas y a todos los mexicanos a qué se
debieron según él esas muertes y qué hizo a propósito de los “accidentes” de los
importantes personajes citados, dos de ellos sus amigos del PAN y al parecer,
Conchello su pariente. Y quizá nos pueda decir de quien eran los trailers asesinos. Los hombres desaparecidos
que hoy paradójicamente recordamos eran especiales. Tenían algo que hoy ya no
se usa: Se llamaba “Patriotismo”.
EL GRAN
JEFE DEL PRIAN.
Al principio de su carrera, cuando Diego no era
nadie y se coló en la vida pública a través del gran periodista y hombre
generoso que fue Paco Huerta, el inventor de “periodismo social”, que no “de
sociales”, tuve el disgusto de conocer a la futura Ardilla de los Pinos.
Tenía un hotelito miérdico en la calle de
Versalles - así osó llamarlo, por supuesto - y ofrecía a Editorial Diana
presentaciones de libros. El dueño, José Luis Ramírez Cota, gran señor,
acostumbraba presentar sus libros en el University Club, pero también quiso
ayudar al tipo y presentó dos libros seguidos, el de Paco, “La Mordaza”, y el
mío, “Ave César”. Ya sabrán el gusto que me dio el cambio…
Algún tiempo después me telefoneó el Diego F de C para
exigirme que lo recibiera ya como jefe del PAN porque había escrito un artículo
contra su partido y exigía derecho de réplica frente a frente, si era tan salsa. Tontamente lo recibí. Se presentó
y empezó a regañarme, habano en ristre y sin dejarme decir pío. Entre mil argumentos
para desdecir mi artículo. Al verme poco
convencida, el gran orador se detuvo y dijo:
Además , le exijo que deje de atacar al PAN, porque yo pagué en mi hotel los
canapés de la presentación de su libro “Ave César”.
Me puse de pie, y corrí de mi casa al futuro grande
del reino.
El hotel Versalles
de su propiedad
se convertiría en una
funeraria y ahí
se velaría supuestamente el
cadáver de otro “grande” ,
pero de diferente
mafia: Amado Carrillo
Fuentes , el Señor
de los Cielos,
del que se dice
que con diferente rostro sigue
disfrutando las delicias
al alcance de
los grandes de este mundo.
Algo que como el fiestón me hizo pensar en estos
temas hisrtóricos fue un artículo de Denise Dresser que me envió mi gran amiga y
colega Tita Mendoza. Denise pone pintos a los Salinas con razón, sólo que tiene
prohibido hablar de la inmensa responsabilidad del imperio gringo en el planeta
y por ende se le olvidó mencionar que el íntimo jefe de Carlos Salinas de
Gortari que ordenó la demolición paulatina de PEMEX para su entrega a los petroleros
texanos, se llama aún George Bush, padre, grande de ambos reinos del norte continental:
Estados Unidos de América y Estados Unidos Mexicanos.
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